Ser capaz de amar a pesar de las dificultades, los retos, las adversidades, las faltas de respeto, las ofensas, las críticas o los juicios, es un acto revolucionario.
Y este es el punto que muchas personas a lo largo de mi vida no me han entendido jamás, quizá algunas personas sí, pero otras no, y quizá también porque no he sabido explicarme o sea un tema difícil de comprender. Precisamente las personas que viven en el miedo y el odio, tenemos esta conversación y no ven más allá de su ego, su enojo, su miedo o su odio, y son las que no entienden esto.
¿Conoces a alguien que se enfada u ofende por todo? ¿Quizá eres tú? Yo también estaba en eso, protestaba por muchas cosas. Y lo que sé es que hay que darles su tiempo, no son personas insensibles o tóxicas, son personas heridas que necesitan sanar, y hay que dejarlas que vivan su proceso. No hay que cargar con su herida, hay que amar a esa persona y permitirla ser y vivir sus emociones.
¿Crees que tienes heridas emocionales? Puedes sanarlas, luego queda una maravillosa cicatriz que te recuerda que eres más fuerte que aquello que intentó acabar contigo.
Quien me conozca sabrá que soy una persona sensible y empática, que me tengo que esforzar y gestionar para no cargar con lo de otra persona, entrar en su batalla personal. Y creo que por eso he llegado a esta reflexión que comparto ahora contigo, desde un momento de mi vida que he logrado superar mucho (y lo que queda, toda la vida).
Amar es revolucionario, incluso más que el victimismo y la queja. ¿Y por qué digo lo de que es revolucionario? Porque se le suele decir a alguien que es revolucionario cuando se queja y manifiesta en contra de un sistema, desde el victimismo, el odio y la queja. Pero en estos tiempos es más revolucionario el amor, porque va en contra del sistema de miedo que nos meten por todas partes. Amar es una energía creadora, que todo lo vence y lo puede. El miedo es una energía que limita y destruye. Por eso, tu batalla interna o contra la sociedad o las injusticias, te invito a hacerla desde el amor. Ámate, suelta y confía. Ten fe.
No cargues contra otras personas por pensar diferente, o porque dicen algo que te de miedo, o que hacen un gesto que interpretas como ofensivo. Trabaja en tu ser, en tu crecimiento emocional y espiritual. Nadie tiene la culpa de tu vida, tu eres responsable y puedes mejorar todo lo que quieras. Con amor, tiempo, voluntad y paciencia conseguirás todo lo que sueñes. Nadie tiene la culpa de tu vida, tu tampoco.
Amar es una revolución en tu vida, que no te engañen en los medios de comunicación o las personas que viven en el miedo. Nos quieren con miedo para no permitirnos ser quienes somos y no sacar nuestro máximo potencial. Nos quieren separados y estúpidos. Y podemos unirnos como personas espirituales que, al final, queremos lo mismo: paz, tranquilidad y alegría con nuestros seres queridos.
Recuerda que el amor es revolucionario, transmítelo.
